Fondeados en Alvor

Cuando llegas a un sitio con la intención de fondear y ves que eres el único barco que ha decidido pasar ahí la noche te preguntas si estas haciendo algo mal, si hay algo que deberías saber y que desconoces. Eso fue lo que nos pasó en este fondeo.

Velero entrando a Alvor

Antes de echar el ancla dimos unas vueltas para ver como estaba la profundidad. Vimos que había poca profundidad pero suficiente, habíamos usado las curvas de marea de Lagos y los cálculos predecían que a la marea todavía le quedaban dos metros por bajar. Al final echamos el ancla cerca de la entrada y no hubo ningún problema en toda la noche. En baja mar la quilla tuvo 0.6m de margen, algo justo pero suficiente ya que no había nada de ola ni viento. Otros barcos no lo vieron tan claro, cuando todavía había luz diurna, varios veleros nos dieron vueltas cercanas para ver si podían fondear cerca pero no les convenció los números de la sonda así que se fueron a otro sitio a pasar la noche. Los dos veleros eran de mayor eslora así que suponemos que también de mayor calado y por eso prefirieron no arriesgar.

Puesta de sol en Alvor

Una vez fondeados decidimos probar el motor fueraborda que todavía no habíamos utilizado pero que el anterior propietario nos dijo que funcionaba correctamente. Una vez puesto en el dinghy lo arrancamos fácilmente. Como nuestra confianza en él todavía era baja decidimos poner proa en dirección contraria a la corriente en caso que fallase. Cuando había pasado menos de un minuto se paró. Lo volvimos a arrancar sin problemas pero la segunda vez duró todavía menos que la primera. La tercera vez tardo mucho más en arrancar y menos en pararse. Con todo esto decidimos poner rumbo a Gratitude con la ayuda de los remos. Inicialmente pensamos que era algo que ver con la refrigeración ya que cada vez duraba menos tiempo encendido. Al final resultó algo más sencillo. Pero eso es material para otro post!

Pescando en la entrada de Alvor

Por la mañana nos despertaron los barcos que se dirigían a pescar y que pasaban muy cerca de donde estábamos fondeados. Eran barcos de poca eslora, casi todos con motores fueraborda, pescadores de fin de semana, con una o dos personas a bordo y con varias cañas de pescar a bordo.

Pescadores madrugadores