22 mar 2015

La anécdota que os voy a contar a continuación nos pasó el mes de septiembre del año pasado. Navegábamos desde Oporto a Lisboa y a mitad mañana, después de zarpar de Oporto nos dimos cuenta que un pequeño pajarito se había posado en nuestro toldo antirrociones. No era la primera vez que esto nos pasaba pero aun así siempre nos sorprende gratamente y más teniendo en cuenta que en este momento estábamos a varias millas de la costa, a penas se veía tierra.
Su llegada
Después de unos minutos, el pájaro seguía navegando con nosotros. Celia le sacó un poco de pan a ver si tenía hambre pero el pajarito rechazó la comida.

A continuación el pajarito empezó a volar en dirección oeste, es decir, dirección América. No sé yo mucho de pájaros pero no creo que con ese par de alitas pueda llegar muy lejos un pájaro así. Curiosamente, en menos de un minuto había vuelto a posarse en el barco. Nuestra sorpresa fue cuando empezó a acercarse más a nosotros e incluso llegó a bajar y entrar en el barco varias veces. Parecía que conocía el barco perfectamente, llegó a ir varias veces al camarote de popa. Cada vez que volvía a salir se agarraba a cualquier parte del barco: escotas, drizas, rueda, palanca del motor, winches, … no paraba.


Ayudandonos con la driza de la mayor

Vigilando desde la popa

Tanto Celia como yo nos preguntábamos si el pajarito quería seguir con nosotros el resto del viaje, parecía no importarle la proximidad humana en absoluto.

Llevando el tim´n del barco
Una vez, la última, en un momento de máxima proximidad física y afectiva, el pajarito se posó en mi rodilla. Con los nudillos de mi mano derecha le acaricié las suaves plumas y unos segundos más tarde despegó con rumbo oeste y no le volvimos a ver más.

Controlando las revoluciones del motor

Esperamos que alcanzase su objetivo, fuese cual fuese. Para nosotros fue un regalo precioso.


Con la escota del génova
Qué clase de pájaro es? Os ha pasado algo similar con pájaros?

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