La aventura llega a su fin, como todo, esto no iba a ser ninguna excepción. Después de Mallorca hemos puesto rumbo a Valencia para pasar unos días con la familia y amigos. Como decía un marinero danés que vimos hace tiempo, la travesía mas complicada es aquella que haces cuando sales de tu puerto, aquel que tiene tu familia y amigos. Creo que tiene toda la razón. Dejar el puerto de Valencia significa mucho más que dejar un puerto. Este sentimiento dura hasta que doblas el cabo que te impide ver imaginariamente tu ciudad. En este caso el cabo de la Nao cerca de Denia. Cuando el Montgó queda ya por la aleta o popa.
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Nuestra última puesta de sol a bordo de Gratitude
Después llegan otros cabos pero ya no es lo mismo, ya estás fuera de tus aguas. Por ejemplo el cabo de Palos o el cabo de Gata.
En esta travesía hemos parado en Garrucha, en la provincia de Almería. Bonita ciudad costera con importante puerto de yeso en el que el barco se pone perdido de este material cuando el viento sopla del sur. También destaca la gamba de Garrucha, gamba de mucha calidad así como su precio!
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| El Montgó visto desde el sur, a nuestras espaldas |
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| Llegando a Garrucha, Almeria |
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| Miles de camiones de yeso para llenar los barco que llegan a Garrucha |
Finalmente llegamos a Almerimar. Puerto elegido para poner a la venta nuestro querido Gratitude. En esta marina el amarre es muy económico y unido a las buenas sensaciones de un broker pensamos que el mejor sitio para poner nuestro barco a la venta. Además la proximidad con el aeropuerto de Málaga hace que turistas de la costa del sol puedan acercarse a verlo.
Escribo estas lineas ya lejos de Gratitude. El momento que sales del barco para encarar el siguiente capítulo de la vida es un momento muy complicado, en que te acuerdas de tantas y tantas horas pasadas al timón, mirando el mar y el cielo.
El capítulo de vela no se cierra aquí, eso espero. Pero el capítulo Gratitude creo que si.
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| Última parada, Almerimar |
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